Hace unos pocos años, cuando alguien tenía problemas con su perro, buscaba un adiestrador… y si lo que tenía era problemas con su gato, ni siquiera pensaba que alguien pudiese ayudarle a solucionarlo. Por suerte las cosas han cambiado en los últimos años y la figura del etólogo clínico se está incorporando a nuestro entorno como algo cada vez más habitual.
La historia de la etología, la ciencia que estudia el comportamiento animal, ha estado ligada a la zoología. Un etólogo era un biólogo que estudiaba a los animales salvajes mediante la observación en su medio natural. Seguro que recordáis a Konrad Lorenz y sus gansos, que al salir del huevo le seguían como lo harían con su madre… A Lorenz se le llama el padre de la etología, y realmente fue uno de los primeros en comenzar a usar el método científico en este campo.
Pero la etología ha evolucionado mucho desde esos tiempos. La sociedad moderna, necesitada de profesionales especializados, ha llevado a que esta ciencia se estudie de forma aplicada a las miles de situaciones en las que los seres humanos nos relacionamos con los animales… Añadiendo además a los animales domésticos, que antes se rechazaban en este campo por su marcada influencia humana, y hoy se han convertido en los reyes de los laboratorio de etología de muchas universidades. (Quiero asegurar que los estudios sobre comportamiento de perros y gatos prácticamente en su totalidad usan métodos amables con ellos, por suerte los humanos vamos evolucionando poco a poco.)
En España un etólogo ha de formarse mediante un posgrado universitario, al que podrá acceder desde las carreras de Biología, Psicología o Veterinaria. El etólogo biólogo, seguirá estudiando animales salvajes, mientras que los otros dos mayormente trabajan con animales domésticos. Al menos necesitarán 6 años de estudios universitarios para titularse.
Los etólogos especializados en animales domésticos tienen una preparación profunda desde las bases y desde distintas disciplinas científicas. Un buen etólogo sabrá de biología, fisiología, psicología del aprendizaje, farmacología, etc. Los etólogos trabajan desde el PORQUÉ, actuando desde la raíz del problema para solucionarlo.
¿Y qué pasa con los adiestradores?
En España un adiestrador pueda trabajar sin ningún tipo de formación reglada. A día de hoy están intentando regularizar la profesión, y en algunas comunidades autónomas ya se puede adquirir un certificado de profesionalidad. La formación para acceder a éste es de unos 3 meses.
Los adiestradores principalmente tienen formación técnica, y utilizan herramientas para cambiar la conducta observable. La mayoría de los adiestradores son entrenadores caninos que saben enseñar obediencia mediante premios o castigos (hay que huir de los que siguen usando castigos). Un entrenador canino puede preparar perros de trabajo, para rescate, detección de sustancias o competiciones de cualquier tipo. Esto se hace mediante técnicas prácticas, y hay entrenadores excepcionalmente buenos en sus campos que además hacen adiestramientos comerciales.
Estos profesionales trabajan desde el QUÉ, modificando la conducta observable.
Sin embargo, cuando un perro tiene problemas de comportamiento, es importante centrarnos en el porqué, ya que el comportamiento que vemos es solo la punta del iceberg, la consecuencia observable de lo que le sucede al animal.
Pongo un ejemplo para que quede más claro: Si tenemos un perro que tira de la correa, un adiestrador le enseñará a que vaya junto a ti en el paseo, con chuches o con tirones de correa (por favor, nunca permitáis que nadie eduque a vuestro perro mediante tirones de correa). Un etólogo estudiará en profundidad al animal para ver el motivo por el que tira de la correa: estudiará el carácter del animal, los antecedentes, su estado de salud, sus hábitos, sus niveles de estrés, la educación que ha recibido, si está nervioso, si le asustan cosas a su alrededor…
El tema es que si nos centramos solo en lo que vemos, ponemos un parche al problema, pero no lo solucionamos. En principio parece que mejora, porque el perro aprende una nueva conducta que tapa la anterior, pero si el estado emocional del pero no es el adecuado, acabará apareciendo la conducta antigua u otros problemas asociados… por eso es de vital importancia no quedarnos en el Qué y llegar hasta el Porqué de lo que pasa.
En los últimos años ha aparecido el término de Educador Canino, en un entorno de profesionales que quieren dar un paso más allá. Son profesionales que generalmente están más preparados, y buscan trabajar en las causas y no solo en la conducta observable. Si vas a buscar un adiestrador, elige uno de este tipo, y por supuesto, que trabaje de forma positiva con el animal sin usar métodos aversivos.
Yo trabajé 8 años como adiestradora antes de poder formarme como etóloga. Me formé como adiestradora en las mejores escuelas de este país, y ninguna me preparó como debía para hacer este trabajo. Tuve que hacer muchos cursos, leer mucho, y no parar de formarme para sentir que de verdad podía ayudar a un animal con problemas. Y tengo que decir, honestamente, que solo el primer año del grado de psicología me formó más que todos los cursos y seminarios que había hecho hasta entonces.
Entonces, ¿de qué dependerá que escoja un etólogo o un adiestrador para ayudarme?
Evidentemente, solo con estos datos, ya tendríamos claro qué profesional va a estar más preparado para ayudarnos. Sin embargo, un etólogo tal vez no siempre sea necesario, y en determinados casos pueda ayudarnos un adiestrador. Primero dependerá de si tienes un etólogo cerca y su tarifa es asequible para ti. Si tu perro no tiene problemas serios de conducta y solo quieres aprender a educarle o enseñarle algo de obediencia, tal vez sea suficiente con contratar un adiestrador. Eso sí, asegúrate de que sea un buen profesional. Si este es el caso, tengo un artículo explicando en qué te debes fijar para escogerlo: Cómo escoger un buen profesional que me ayude con mi perro o gato.